Consolador de silicona Hades de Creature Cocks - Mediano

Este mítico eje no es otro que la obra maestra del Rey del Inframundo. El mismísimo Hades ha venido a reclamarte con una vara negra y roja diseñada con detalles diabólicos. La punta cónica facilita su deslizamiento, pero sus innumerables ranuras y crestas te deleitarán y te llevarán al límite del placer. La amplia base proporciona una potente succión para que puedas usar las manos libres colocándolo sobre cualquier superficie plana para mantenerlo en su lugar. ¡También puedes combinarlo con un arnés con correa compatible para juegos de pegging! Hecho de silicona premium sin ftalatos, tiene un núcleo firme y una superficie suave y sedosa. ¡Explora todas las escenas de ciencia ficción, fantasía, juegos de rol o cosplay que desees con este épico juguete para adultos! Úsalo solo con lubricantes a base de agua para obtener mejores resultados. Después del juego, lava el dildo con agua tibia y jabón y usa un limpiador de juguetes para limpiarlo. Sécalo y guárdalo en un lugar fresco y oscuro, alejado de la luz solar directa. Jadeas, como si el aire hubiera abandonado tus pulmones durante eones, y abres los ojos para ver los pies alados de Hermes alejarse volando. Frente a ti hay un muelle que conduce a aguas envueltas en niebla. No hay luces por ninguna parte, solo un resplandor inquietante. Te sientes desorientado e inestable, pero caminas hacia el muelle como por instinto. Cuando tus pies pisan los listones de madera oscilantes, dos luces se encienden a tres metros de ti. Los ojos del barquero Caronte, ardiendo como fuego en la noche más oscura, te miran con impaciencia. Tragas saliva nerviosamente y buscas monedas en tu bolsillo. Él extiende la palma para recibir tu pago y subes al bote. Al salir del muelle, el río comienza a gemir, y te das cuenta de que los cuerpos de los muertos inquietos comienzan a acercarse a ti, sus rostros emergen y gritan suavemente, doloridos. Te apartas de ellos con horror, manteniéndote alejado de los bordes del bote. Caronte no parece afectado y mantiene el remo sumergiéndose en el agua una y otra vez. Pronto llegas al final del río y, justo cuando estás a punto de salir, ¡algo cae pesadamente frente a ti! Te sobresaltas tanto que casi caes al agua, pero la criatura te agarra la muñeca y te abraza. Al orientarte, te das cuenta de que es un hombre de músculos marcados, alto y moreno, con ojos como un cielo sin estrellas y una piel que arde a pesar del aire frío que los rodea. Sus enormes alas se mueven de un lado a otro varias veces, provocando una fuerte ráfaga, luego salta en el aire y te lleva a la caverna desconocida. No sabes qué hay arriba o abajo, ni si hay cielo, pero pronto ambos aterrizan en el balcón de un castillo oscuro. Él te baja y luego repliega sus alas. «Perséfone, has vuelto», dice el hombre frente a ti con lujuria en la voz. Estás confundida. ¿Quién es este hombre y por qué cree que eres la diosa de la primavera, la esposa del rey Hades? Entonces lo comprendes. Este hombre es, en efecto, el rey del inframundo, y puede que estés en el mayor aprieto de tu vida. "¿Estoy muerta?", preguntas con voz temblorosa. Él frunce el ceño, preocupado. "El viaje debe haberte hecho olvidar". Camina hacia ti y te levanta. Decides no resistirte mientras te lleva a la habitación más grandiosa y opulenta que jamás hayas visto. El dormitorio del rey está revestido de oro antiguo y joyas, con una cama que parece tener capacidad para diez personas, y una mesa llena de exquisiteces y delicias que te esperan. Les dice a los sirvientes que se vayan y te acuesta en la cama. "No te preocupes, tengo algo que te hará recordarlo todo". Te desnuda y apenas te resistes. Luego deja caer su propia ropa al suelo. Se te salen los ojos de las órbitas al ver el eje más grande y rígido. Tiene una punta afilada que parece lista para penetrarte, con una longitud y un grosor que te provocan un poco de ansiedad, y las nervaduras y crestas te secan la boca de anticipación. El calor se acumula entre tus piernas mientras lo contemplas y un gemido escapa de tus labios. Se agacha para saborearte, gruñendo y gimiendo de placer, y se levanta con la cara húmeda, sonriendo con rasgos diabólicos. Luego te empuja hacia atrás, sujeta tu cabello en una bola apretada en su puño y desliza su miembro dentro de ti centímetro a centímetro. Gritas de dolor e intentas liberarte, pero su otra mano presiona tu pecho, manteniéndote en su lugar. "¡Tómalo! ¡Toma cada parte de mí! ¡Pronto lo recordarás todo!". Entonces, todo su miembro está dentro y sientes que apenas puedes respirar. Luego lo saca y comienza a embestir, embistiendo con velocidad y fuerza hasta que tu placer aumenta, aumenta, aumenta, ¡hasta que sientes que todo tu cuerpo arde de intensidad! Ves un destello de luz y gritas, la dicha y el éxtasis te vacían de cualquier otro pensamiento, y luego te desplomas en su cama, semiconsciente. Al despertar, te das cuenta de quién eres y de las delicias que tú y Hades aún tienen por disfrutar.